UN PINTOR CON DUENDE

Presentación exposición individual “La hora de José Villar” en la Galería San Vicente, Valencia

JOSE VILLAR: UN PINTOR CON DUENDE

“Hay artistas que el duende les viene con el tiempo: Pepe Villar es uno de ellos. Formado en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, su actividad artística es apenas conocida. Como pintor individualista su vocación le viene de joven. En esta primera etapa el pintor forcejea y se muestra titubeante, pero sin complicarse mucho la vida. Luego, como devoto peregrino, el duende se le despierta y con la responsabilidad propia de un adulto, empieza a tomar en serio el oficio de los pinceles.
Como buen flemático no le importa el tiempo ni las prisas. Deja que las formas progresen y no se preocupa demasiado por una transición rápida. El artista es fiel a esta evolución y la sigue. A lo largo de este camino ensaya, se depura. Sus obras oscilan entre un primer contenido artístico, casi académico, hasta el desgarro lírico de su última exposición.
Pepe Villar que no exponía desde hace tiempo, se muestra atrevido. Su pintura es desnuda y justa: lo que quiere decir lo dice. Es simple, irónico y si se quiere, bonachón. Muy conocedor del oficio, José Villar no posee una imaginación enfermiza o calenturienta. No tiene arrebatos histéricos de principiante ahora
que están tan de moda. Nuestro pintor coge el camino de la naturalidad. Fuera de buscar lo tosco y putrefacto -el miserabilismo del arte actual- el artista se adentra en la naturaleza y como parte integrante en ella lucha para darle categoría estética. Su lenguaje artístico se hace, pues, lírico y mágico. José Villar empieza a ser un pintor con duende.
Villar por entero es un pintor de la serranía valenciana. Halla en los pueblos y las campiñas el "leitmotiv" de sus pupilas inquietas. Montañas agrestes, y horizontes lejanos se muestran al éxtasis del pintor. Tonos secos, áridos amarillos y naranjas son transformados por la docilidad del pincel en paisajes amplios donde, si se observa, apunta un resquicio de aire caliente, de atmósfera empalagosa. José Villar es vocacionalmente impresionista. Y si bien es cierto que bebe de las fuentes clásicas, no olvida su valencianismo nato. Sorolla será uno de los suyos .
El lenguaje artístico de Villar está basado en cromatismos sorollescos. Como levantino maneja la luz. Pintura de trazos sueltos, de colores vivos en cuya luz el artista imprime alegría. Ráfagas meteóricas de amarillos y naranjas, enmarques de azul proporcionan naturalidad y destreza a paisajes difíciles. En Pepe Villar encontramos mas bella la tierra. Y es que el pintor abre una puerta al espíritu; un recreo entusiasmado al ensueño. Creo que la importancia de José Villar es su infantil sencillez. El volver el arte a su estado natural.”
FRANCISCO AGRAMUNT LACRUZ

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